El Programa Problemáticas de Consumo en el Ámbito Educativo forma parte de la Coordinación Educación Sexual Integral, en la órbita de la Dirección de Información, Evaluación y Planeamiento.
Tiene como propósitos concretar espacios de formación docente y fortalecer las propuestas en desarrollo, propiciando el debate y reflexión en torno a la prevención de consumos problemáticos en el ámbito educativo, desde una perspectiva relacional, integral, inclusiva y de derechos, en el marco de una cultura institucional de cuidado. Además estrechar lazos con distintos niveles de intervención estatal – intra e inter institucional -, privados y de la sociedad civil: SEDRONAR, Ministerios nacionales y provinciales, municipios, merenderos comunitarios, clubes, grupos eclesiásticos y centros comunitarios.
Desde el programa se pretende que las instituciones educativas de la provincia de Entre Ríos aborden la prevención de consumos problemáticos desde los siguientes ejes:
La transversalidad curricular: permitiendo abordar una acción educativa desde una perspectiva humanizadora, desarrollando los aspectos éticos en la formación de las personas.
Promoción para la salud: desarrollando conocimientos y habilidades, necesarios para el cuidado de la salud, individual, familiar y comunitaria; desde una mirada proactiva, dando mensajes esperanzadores a favor de la salud y de la vida.
Habilidades para la vida (OMS): apropiación de un conjunto de destrezas psicosociales tendientes a fortalecer: autoconocimiento, empatía, comunicación asertiva, relaciones interpersonales, toma de decisiones, solución de problemas y conflictos, pensamiento creativo, pensamiento crítico, manejo de emociones y sentimientos, manejo de tensiones y estrés.
Factores protectores: son situaciones, modos de relación o elementos que favorecen el desarrollo integral de la persona, principios que actúan como posibilidad positiva frente a las problemáticas de consumo.
Cultura institucional de cuidado: en la escuela, es posible profundizar un acompañamiento de los y las estudiantes por medio de una mirada adulta de reconocimiento, amabilidad y de ternura. Así se potencia la construcción de vínculos de confianza y afecto que enriquecen el clima de encuentro, fortaleciendo las tramas de cuidado que a su vez generan mayor confianza, pertenencia y solidaridad.
Triada escuela – familia – comunidad: la escuela sola no es suficiente y es necesario un trabajo articulado con su contexto (clubes, centros de salud y comunitarios, etc.) y con las familias, que tienen funciones constitutivas de las identidades y actitudes para la vida. Es fundamental el acompañamiento en el proceso de enseñanza – aprendizaje desde el fortalecimiento de logros, brindando seguridad y apoyo, compartiendo espacios de escucha atenta con estudiantes. Lo decisivo en las personas es encontrar vínculos positivos, espacios de diálogos, afecto y acompañamiento, descubriendo otras formas de habitar el mundo e ir construyendo su proyecto de vida de modo más saludable.