En el día de ayer los ingresos escolares se llenaron de colores y figuras, los más pequeños, sus docentes y la escuela toda, recordaron una fecha muy querida: el Día Nacional de los Jardines de Infantes y del docente del Nivel Inicial.
En estos días compartiremos en nuestro micrositio algunas historias escolares, su proceso de fundación, nombres propios que iluminaron a muchos, los pioneros y los que llevan adelante hoy la tarea.
Iniciaremos con la UENI Hermano Francisco a través de su directora Prof. Rocío Soledad Pereyra y agradecemos la narración dedicada que nos acercó.
La fundación de la UENI 252 Hermano Francisco nace para continuar siendo fieles a la misión de las Hermanas Franciscanas de Gante, desde Juana Teresa Crombeen en Bélgica 1715 hasta la actualidad del siglo XXI en nuestra patria y en nuestra ciudad. A su vez, con contemplación atenta a la realidad y los nuevos paradigmas, se busca dar respuesta a un desafío presente de respetar las nuevas miradas sobre la Educación Inicial que reconocen transformaciones en la concepción de infancia.
Desde sus inicios, la obra de la Congregación, en Cristo Redentor y en los demás centros educativos se vio contagiada de su vocación docente, caracterizada por ser investigadoras, inquietas, preocupadas y ocupadas por una educación de calidad que abrace a todos, pero privilegiando al más vulnerable. En este contexto se despierta en 2016 la inquietud de dar un paso más y acompañar otro nacimiento. Convocadas por la Hermana Martha Guadalupe Cuatrín, en nombre de las demás hermanas y como apoderada legal de la Esc. Nº 8 Manuel Alberti, y la Sra. Liliana Felgueres apoderada legal de la Esc. Nº 3 Rosalía De Borger se da la primer reunión en abril de ese mencionado año en la que convocados los Equipos de Conducción y las docentes Profesoras de Nivel Inicial de ambas escuelas se enciende esa llama ínfima, parafraseando la canción tienes que encender una luz aunque sea pequeña. Ella iluminará un sueño contagiado de utopía franciscana que prontamente será realidad.
Desde allí y hasta su creación en febrero de 2019 asumimos la tarea de formar un equipo, en el que se pensaron y debatieron todas las decisiones que el proceso de desprendimiento de las Escuelas Primarias conllevó. Respetar el recorrido de cada una de las instituciones y a la vez gestar una nueva unidad pedagógica dedicada a la atención de niños y niñas de 4 y 5 años en ambos turnos, se convirtió en un propósito común. La denominación Unidad Educativa de Nivel Inicial estaría sustentada en el Marco Pedagógico y Normativo aprobado en la Resolución 3945 del CGE de 2010 que en el artículo N° 6 prevé Los Jardines de Infantes, Jardines Materno Infantiles o Jardines Maternales dependientes del CGE podrán transformarse en Unidad Educativa de Nivel Inicial, cuando reúnan los requisitos establecidos en el presente Marco pedagógico y normativo.
Los primeros pasos de la UENI estuvieron siempre custodiados por las Instituciones de las que provenían las salas de Nivel Inicial y desde ese lugar se cuidaba la nueva vida que crecía en el ICR y que terminaba de completar este anhelo de concentrar en un mismo Complejo todos los niveles de educación. No era novedad la educación de niños de 4 y 5 años pero se convirtió en un nuevo Sí el ocuparse de la Educación Inicial de manera específica, gestando cambios y transformaciones que respondieran a la nueva didáctica, y a los espacios curriculares tal los plantean los Lineamientos de la Provincia de Entre Ríos. Se sucedieron reuniones con el Equipo técnico de la DEGP y la Supervisora de Zona XI Lic. Cecilia Toledo quienes nos interiorizaron de las exigencias del Proyecto Pedagógico a presentar para su aprobación y generosamente nos orientaron en algunas decisiones institucionales que debíamos enfrentar.
El equipo docente conformado por diez Profesoras de Nivel Inicial puso manos a la obra a la escritura de un documento en el que se viera reflejada la Misión y Visión, intenciones pedagógicas, horizonte formativos y la dimensión organizativa – administrativa de la nueva Institución. El primero fue presentado ante el Departamento Técnico Pedagógico y de Supervisión de la DEGP de Entre Ríos en abril de 2017. En ese original intento se había elegido el nombre de Jesús Niño para la Unidad Educativa , en referencia al Divino Niño Jesús de Praga, quien había sido declarado patrono de los Jardines de Infantes hacia el año 1940 , fecha de la que se tienen datos de que funcionaban en el Cristo Redentor secciones de preescolar. Una estatuilla del Niño permanece hasta la actualidad en una de las salas y su devoción nos invitó en ese momento a elegirlo.
Por la intervención de las Hermanas Alejandra Ceri y Martha Guadalupe Cuatrín esa idea fue repensada. Si bien teníamos una fundamentada idea para elegirlo, el nombre resonaba lejano a nuestra espiritualidad y nos dispusimos a seguir en la búsqueda con el afán de hallar el apropiado. Volvimos sobre ideas ya pensadas y surgió con más fuerza y convicción Hermano Francisco….con la elección de este nombre deseamos acercar a los niños a Jesús por medio del mensaje y la respuesta que dio San Francisco de Asís a su llamado.
Se sucedió un tiempo de preparación para el inicio de las actividades destinado principalmente a fortalecer los vínculos entre el Equipo Docente de ambos turnos que se encontró con el reto de realizar acuerdos, aunar criterios coherentes al Ideario y tomar decisiones pedagógicas para vigorizar el proyecto. Sobrevinieron reuniones mensuales, capacitaciones propuestas por los apoderados legales y en septiembre de 2018 es que finalmente se comunica la intención institucional de concretar el desprendimiento el próximo año y se hace entrega de otros requisitos solicitados a la DEGP obteniendo la Disposición de Autorización de Matriculación Provisoria Nº 1194/18.
Con el corazón palpitante y la alegría que nos contagiara San Francisco de Asís el 25 de febrero de 2019 realizamos, en el representativo Salón de Actos del Instituto, la presentación de la UENI Hermano Francisco con presencia de la familias de los alumnos próximos a iniciar el ciclo lectivo, Hermanas de la Congregación, Directivos del Complejo, Docentes, Autoridades del CGE, amigos y amigas de la gran familia franciscana. Ese día tan ansiado se nos otorgó el número 252 que llegó designado en el informe técnico que firmó y entregó personalmente la Directora de la Dirección General de Enseñanza Privada de ese momento Profesora Fabiana Minatta. Dos días después, el 27 de febrero dimos inicio a las clases recibiendo a los niños y niñas, con quienes ese Sueño comenzó y empezamos a recorrer la reorganización institucional planeada.
Hoy, llegando a los cinco años de su creación, la mirada hacia atrás se proyecta mucho más que esa medida de tiempo. En el recorrido mental y afectivo más cercano se presentan comienzos, pequeños proyectos concretados en la cotidianeidad, crecimiento humano y de recursos materiales, un tiempo de educación en confinamiento que desafío todas las prácticas instituidas, partidas físicas y presencias espirituales que sostienen a los que seguimos en el camino, aprendizaje permanente y búsqueda de respuestas que sean fieles al cuidado de la vida que crece por sobre todas las cosas. Pero así mismo se despliegan imágenes mentales rememorando un pasado más lejano, fotografías que tantas veces revisitamos en la Torre de los Recuerdos del Instituto Cristo Redentor; aquellas que no nos dejan olvidar tantos inicios que gestaron con su esfuerzo y empeño las Hermanas Franciscanas de Gante en este amado lugar. Las imágenes de la construcción de la Capilla , los retratos de la Hermana Teófila y la figura inolvidable de la Hermana Martha Guadalupe Cuatrín en todo ese camino como presencia activa en un trayecto tan valorado en los frutos de la Congregación. Se renueva así el compromiso en la misión compartida, haciendo girar la Rueda de Amor que iniciara Juana Teresa, atesorando los valores del carácter fundacional que se vivencian en toda la obra y alcanzando a todos los que forman parte de la gran familia de las Hermanas Franciscanas de Gante.
Hacia el futuro nos proyectamos con la idea de una trama diversa, inacabada, perfectible que vamos tejiendo entre todos, llenando de colores y convirtiéndola en sostén para quienes están y estarán en ella. Con la esperanza activa de la que habla Paulo Freire, que nos mueve a proyectar con sentido nuestras prácticas. Con la intención de una educación que concibe a niños y niñas como seres de apertura, con derechos, posibilidades y potencialidades, situados en un contexto histórico y político, lo que lleva a un continuo replanteo y construcción del modelo. En el compromiso de permanecer en la utopía de una comunidad educativa en la que prevalece la hospitalidad y el respeto, esperanzando en la fraternidad. _